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martes, 16 de febrero de 2016

Váyanse ya a su casa

Tras las elecciones, las encuestas aseguraban que Podemos adelantaría al PSOE si hubiera nuevos comicios. También había previsión de un ligero repunte del PP, explicable por el “voto útil” arrancado a Ciudadanos. Pero tras el revuelo mediático generado por la resurrección de noticias relativas a los archiconocidos casos de corrupción en el PP, no sería descabellado pensar en una escalada de Podemos al primer puesto en unas elecciones próximas, con Iglesias en el rol de mesías que tanto seduce a toda esa gente insatisfecha que piensa más en el azote a la corrupción que en los programas económicos propuestos por quienes aspiran a gobernar.

Conocedor de esta realidad es el Coleta y por esto pide el oro y el moro. Es el único que quiere nuevas elecciones.

En ese nuevo escenario postelectoral, la gobernabilidad sería aún más acusada que hoy. Entre otras cosas aparecería pronto la amenaza real de salir de la Unión Europea, porque sólo un ciego no ve que las políticas propuestas por Podemos son totalmente contrarias a la idiosincrasia de las instalaciones europeas, y se vería más clara de lo que es ya la necesidad de las dimisiones de Sánchez y Rajoy para acabar formando ese gobierno moderado a 3 al que ahora no parece predispuesto el PSOE.

Lo que no sé entiende es a qué espera la pareja para echarse a un lado ya, presentando sus respectivas dimisiones, favoreciendo así ese gobierno de consenso, ajeno a extremismos y excentricidades, que pide la inmensa mayoría de la gente.

sábado, 9 de enero de 2016

Lo CORRECTO

Lo de la cabalgata ha sido una mofa encubierta, disfrazada de "ejercicio de libertad y respeto". Aquí hace más de 40 años nadie impone nada a nadie pero esta gentuza que se ha "colau" en los ayuntamientos (engañando a más del 50% de sus votantes) vive con la convicción de que nuestras tradiciones (que vienen de siglos) son imposiciones y quieren cambiarlo todo. Ponerlo patas arriba. Y lo peor es que, para ello, no tienden a lo neutral sino que sus actos son continuos guiños a otras tendencias, a otras religiones... y, de paso, muestras de comprensión hacia actos tan grotescos como el terrorismo.

Aquí el problema no es si a mí me gusta y me hace gracia que a mi hija se disfrace de Darth Vader y mi hijo tenga especial devoción por los vestidos de las princesas de Disney. Si bien cierto que denotan una conducta innata diferente a la de la mayoría, cada uno nace como nace y yo no soy quién para cambiarlo. El problema viene cuando unos individuos que gobiernan, DECIDEN QUE LA CONDUCTA INNATA DE LA MAYORIA NO ES LA CORRECTA y que eso hay que cambiarlo.

A partir de ahí, ponen en marcha sus mecanismos (el rojerío es muy bueno en márketing) para lograr, por ejemplo, que el día de mañana el cuerpo de bomberos esté compuesto al 50% por hombres y mujeres. Y te dicen que vistas a tu hijo de cenicienta, que no todo van a ser chicas, y que por cojones todos (¡y todas!) tenemos que ser iguales.