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viernes, 24 de noviembre de 2006

Metro de Madrid

Demasiados peros

El Metro de Madrid es considerado como unos de los mejores del mundo y de hecho, viendo las estaciones de la red y las máquinas, lo es. Pero cuando funciona, claro. Además convendría mejorar algunas cosas como los carteles luminosos cuya utilidad es prácticamente nula porque anuncian un tiempo estimado de llegada del próximo tren que nada tiene que ver con la realidad. Yo casi prefería los de antes que mostraban el tiempo que había transcurrido desde que se fue el último tren. En Barcelona, por ejemplo, me gustó el sistema porque nos muestra una cuenta atrás con un segundero que, cuando llega a 0, el tren ya está ahí. ¿tan difícil es implantar este sistema?. En París van más allá y te ponen no sólo lo que tardará en llegar el próximo convoy sino también el que vendrá después.

Otra cosa que hay que cambiar son los torniquetes. Estoy hasta las pelotas de que los caraduras de siempre viajen sin pagar saltándose impunemente los torniquetes mientras la mayoría pagamos religiosamente nuestro billete, como debe ser. Que pongan compuertas como las de Cercanías.

Soy usuario de la línea 10 de Metro en su tramo norte. En honor a la verdad debo decir que siempre me he sentido un privilegiado porque tardo 30 minutos en llegar al trabajo y voy sentado, sin calor, sin apreturas. Nada que ver con lo que me cuentan los compañeros que tienen que soportar todos los días los agobios de líneas como la 6 en la que muchas veces tienen que dejar pasar el tren porque no cabe más gente. Eso cuando no hay una avería.

Sin embargo últimamente algo está cambiando. La línea 10 se estropea con demasiada frecuencia y el retraso en la frecuencia de paso da lugar a situaciones un tanto incómodas. Cuando surge el problema el usuario no es informado o, si lo es, es a través de una megafonía deficiente que hace incomprensible el mensaje. En el último mes recuerdo ya varias ocasiones en las que nos han hecho sentir como borregos aunque, pensándolo bien, es lo que somos los que vivimos en ciudades como Madrid y no hacemos nada para huir a vivir a otros lugares con más calidad de vida. Tenemos lo que nos merecemos.


1 comentario:

  1. Sería interesante comentar que la presencia de homúnculos subamierdicanos en cantidades abusivas dentro de los vagones no hace precisamente agradable el tiempo que pasamos en el Metro.

    Randulfo

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