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jueves, 11 de agosto de 2005

Más Multas

¡a pagar todo el mundo!

Ya han entrado en vigor las nuevas "tarifas" para quienes infrinjan las normas de circulación. Es la medida previa al llamado "carnet por puntos". Echando un vistazo a las multas que se van a aplicar parecen un tanto desmesuradas teniendo en cuenta el nivel económico del españolito de a pie. Con la normativa vigente, si alguien tiene la mala suerte de que le cacen y le impongan una multa de estas, en algunos casos habrá quien deje a su familia un mes sin comer.

A mi juicio sería más justo que las multas se ajusten al poder adquisitivo del infractor. El medio más objetivo que se me ocurre es el de referenciar la sanción al precio del vehículo. Aunque soy consciente de que a veces no es más rico el que conduce un mejor coche me parecería lógico que se multe con 50 euros al conductor de un Citroën Saxo y con 500 al conductor de un Audi A6 por la misma infracción.

Entrando en el fondo de la cuestión, entiendo que detrás de cada sanción debe haber un daño. Bajo esta premisa podríamos cuestionarnos incluso si es lícito multar a alguien por conducir a una velocidad elevada teniendo en cuenta que en ese momento no está cometiendo ningún delito. Pero se entiende y se apoya esta iniciativa porque no podemos negar que un vehículo a gran velocidad representa un peligro para el prójimo y es cierto que el daño, sin haberse producido, es muy probable.

Lo mismo ocurre con quienes hablan por teléfono mientras conducen (a éstos yo les maldigo). Los que utilizamos frecuentemente el coche hemos podido comprobar en más de una ocasión que dentro de esos coches que hacen maniobras extrañas que ponen en peligro a los demás suele haber un borracho o alguien con el móvil en la oreja. Más de uno debería tener muy presente que nuestra libertad termina donde comienza la de otros.

Sin embargo nunca entenderé por qué se multa a alguien por no llevar el cinturón de seguridad. ¿Dónde está el daño?. Si el argumento es el del Estado proteccionista ¿por qué no nos multan por practicar alpinismo, por fumar, por comer alimentos con mucha grasa, por bañarnos en la piscina antes de hacer la digestión...?.

Está claro que, por mucho que se quiera presumir de que este es un país libre, en ciertas cosas nuestra libertad es más que dudosa y, por supuesto, el afán recaudatorio es cada vez mayor.


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